Inteligencia artificial en el agro: conectividad y financiación, las claves para el despegue tecnológico
04 de Octubre de 2025

Además de analizar la infraestructura a nivel país, debatir sobre el impacto de lo que pasó la semana pasada en materia de retenciones y trazar una mirada sobre el rumbo del sector agropecuario, en el Amcham Agribusiness Forum 2025 también se habló de un tema de altísima relevancia en la actualidad del campo: la inteligencia artificial (IA).
“Inteligencia Artificial en el agro: desafíos y oportunidades para la política pública”, fue el nombre de uno de los paneles que tuvo el evento realizado en el hotel Alvear Icon de Puerto Madero, en Buenos Aires.
Hoy en día, el salto de tecnología que busca dar una buena parte de los productores y contratistas agropecuarios va de la mano con la idea de obtener mayores ganancias, que en muchísimos casos apenas sirven para salir empatado en una campaña. A raíz de ello, más que una aspiración, ese salto tecnológico a menudo se vuelve una necesidad para quienes producen.
Amcham Agribusiness Forum: “El agro sostiene el presente y proyecta el futuro de nuestro país”
Sobre este contexto debatieron los especialistas Geraldine Stegemann, Directora de Estrategia Comercial de Bayer Cono Sur y Paulo Máximo, Director de Innovación para América Latina del grupo CNH Industria.
GERALDINE STEGEMANN
“Creemos que la digitalización es un factor fundamental en este desafío que tenemos de mejorar la productividad. Estamos en una producción que ronda las 140 millones de toneladas y Argentina podría llegar a 200 millones de toneladas”, señaló Stegemann, quien relató que en maíz, por ejemplo, el “gap” entre el teórico que Argentina podría alcanzar y “lo que realmente pasa” está en el orden del 35%.
“Mucho de eso se explica por el nivel tecnológico y el nivel de inversión que hacemos a la hora de hacer el cultivo. Entonces, por ejemplo, para aplicar las herramientas digitales a la hora de planificar desde que elegimos nuestro híbrido hasta cómo hacemos una siembra específica variable por cada uno de los lotes, es ahí donde los datos empiezan a jugar un rol fundamental en entender lote a lote, centímetro a centímetro, qué es lo que tengo que hacer”, precisó.
Para Stegemann, esa inversión generaría una mejora de 550 a 700 kilogramos por hectárea.
“Si además de eso ajustamos cómo nutrimos nuestro cultivo, que también es la información que te dan los datos, ganarías otros 400 kilos más, y si además utilizo la detección de enfermedades y aplico tecnología para poder prevenir y mejorar la salud de ese cultivo, ganaría otros 550 kilos más. De ese modo es que se va cerrando ese 35% de gap de productividad que tenemos”, señaló.
Según explicó, a través del programa Field View, la compañía monitorea unas 18 millones de hectáreas en el país.
PAULO MÁXIMO
“La IA es estratégica y en la parte de maquinaria no es diferente. Con IA, nuestras cosechadoras, que tienen 1.800 ajustes para sacar información de actividades a campo, pueden hacerlo. En eso Argentina no es diferente de Brasil. Son las mismas máquinas”, apuntó.
Y agregó: “Lo que yo veo es que aquí la oportunidad está en que hoy las maquinas son como un celular, si no están conectadas a internet no tienen funcionalidad, entonces las maquinas también. En Brasil también tenemos un gap muy grande de conectividad e hicimos un trabajo con “Conectar Agro”, que es una entidad con directivos para elevar la conectividad a campo. Conectamos varias ciudades con la parte social, con escuelas rurales, y aquí en Argentina también estamos trabajando con Telecom en Rojas, donde estamos conectando más de 30 escuelas rurales y 200 hospitales rurales y acreditamos con la conectividad todos los beneficios que la IA tiene”.
Sin embargo, en relación a la capacidad de los productores y contratistas de hacerse de estos equipos, apuntó que “Argentina tiene un gap muy grande en financiación”.
“Comparado con Brasil, que tiene una línea de financiación de largo plazo que le da a un productor la posibilidad de financiar una maquinaria de una manera mucho más fuerte”, analizó.
Por eso, remarcó que “en Argentina el parque de maquinaria es antiguo, porque las cosechadoras tienen en promedio 15 años, cuando en Brasil trabajamos con 6 años de promedio. Y esos creo que son los grandes gaps que hay aquí en la Argentina porque los cambios de la maquinaria con las velocidades más grandes te dan hasta el 20% de productividad extra en la cosecha”.
“Lo veo como una oportunidad muy grande para mejorar la oportunidad en la Argentina”, cerró.